El Blog de Magaly Marrodán

La Mediación es el medio, tú la solución.

Artículo de opinión

La Mediación en los Puntos de Encuentro Familiar.

Acaba de publicarse el libro MEDIACION ES JUSTICIA, EL IMPACTO DE LA LEY 5/2012, DE MEDIACION CIVIL Y MERCANTIL. En él podemos comprobar cómo la mediación ha dejado por fin de ser esa gran desconocida y ha suscitado interés en diversos ámbitos de aplicación, hasta hace muy poco tiempo impensables.

En su capítulo cinco he tenido la oportunidad de plasmar la experiencia en mediación que estamos realizando en los Puntos de Encuentro Familiar de la Comunidad Foral de Navarra y que paso a comentaros muy someramente. (adjunto comunicación completa) .

El Punto de Encuentro Familiar es un recurso social especializado para la intervención en aquellas situaciones de conflictividad familiar en las que la relación de los/las menores con algún progenitor o miembro de su familia se encuentra interrumpida, o es de difícil desarrollo. Esta intervención es de carácter temporal y tiene como objetivo principal la normalización de la situación conflictiva.

Al punto de encuentro se llega habitualmente por derivación judicial. Trabajamos alrededor de las circunstancias personales y grupales que motivaron el conflicto e insistimos en la crucial importancia que tiene que los progenitoressea cual sea la circunstancia de la separación- asuman las responsabilidades asociadas a la tarea de ser padre y/o madre y cumplan con los acuerdos relativos al régimen de comunicación y/o estancia con sus hijos/as.

Lo que pretendemos es posibilitar el encuentro y la relación del menor con el/la progenitor/a o familiar con el que no convive en condiciones de seguridad, garantizar el cumplimiento de las resoluciones judiciales relativas al régimen de comunicación o visitas con los/las menores, trabajar el proceso de elaboración del duelo producido por la ruptura de la convivencia conyugal, escuchar, contener y acompañar las emociones del menor y de los/las progenitores/as y, en su caso, familiares, favoreciendo la posibilidad de elaboración de nuevos marcos de relación y de mutuo encuentro emocional y orientar y ofrecer herramientas a las familias para potenciar la autonomía y la responsabilidad personal y posibilitar o hacer más fácil el abandono del recurso.

El modelo de intervención es educativo y pasa por tres fases fundamentalmente. La primera de ellas es una fase que llamamos de contención, es la primera, cuando las personas llegan al servicio en el momento más álgido del conflicto; la segunda es la que llamamos de intermediación y es la fase en la que los progenitores (a través de la intervención de la fase anterior) ya han bajado su nivel de conflicto  y están pudiendo pensar más en las necesidades de sus hijos que en las suyas propias. En este momento suelen llegar a pequeños acuerdos generadores de confianza entre ellos y es ahí cuando iniciamos la tercera fase de intervención a través de un proceso de mediación propiamente dicho de forma que los/las usuarios/as puedan escucharse, comprenderse mutuamente y también verse conjuntamente como padre y madre en un espacio nuevo donde un tercero neutral pueda devolverles a ambos la responsabilidad que ostentan y facilitar la autonomía familiar.

Para la realización de estos procesos de mediación se han establecido unos criterios de derivación interna de los casos y un modo de trabajo, con sus objetivos y procedimientos determinados.  

Los datos obtenidos a lo largo de estos años han sido muy variados pero podemos hablar de que al 97% de los casos que se les ofrece aceptan la mediación, de que un 60% de los procesos llegan a acuerdos y abandonan el PEF, de que cada año se realizan alrededor de diez seguimientos presenciales y en el 90% de los casos se mantienen los acuerdos y llegan a nuevos por si solos y sobre todo de que entre los dos y cuatro meses desde el inicio del proceso de mediación, el 80% de los casos ya no usan el PEF para las entregas y recogidas. Lo hacen entre ellos/as fuera del servicio. Con el consiguiente beneficio para los/as menores.

Entendemos que los resultados son buenos, pero deben mejorar. Hay una cantidad enorme de matices imposibles de recoger en datos estadísticos y porcentajes. Algunos de ellos son la mirada de estos niños/as cuando sus padres acuden a recogerlos y realizan el intercambio en presencia de los dos, la disminución del conflicto observada en las personas que están o han estado inmersas en procesos de mediación, abandonen  o no el PEF, lleguen o no a acuerdos, la mejora en la relación entre las personas mediadas, y con los/as profesionales del PEF y el agradecimiento mostrado al servicio por ese “acompañamiento”.

Para terminar, en la realización de este trabajo es imprescindible la continua coordinación de los profesionales del PEF, la supervisión de los casos y la coordinación e implicación del juzgado derivante en cada caso.

NUESTROS RETOS:

    • Seguir avanzando, seguir aprendiendo, con y de nuestras familias.
    • Que nuestros casos “estén con nosotros” un máximo de un año y medio.
    • Que nuestras familias salgan del servicio a través de un acuerdo  consensuado en mediación.